26 de septiembre de 2007

¡GOYA, GOYA!


Este fin de semana pasado la Universidad Nacional Autónoma de México recibió oficialmente de parte de la UNESCO las cartas que acreditan a la institución como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esta noticia me provocó un sentimiento de orgullo y patriotismo ya que es de las pocas universidades en el mundo que han adquirido este grado de reconocimiento por parte de este organismo internacional.
Casualmente visité Ciudad Universitaria un día antes del evento ya mencionado y siempre que voy me deja impresionado de toda la capacidad académica y cultural que tiene ésta Máxima Casa de Estudios. Un rector que ha llevado a la UNAM a estar dentro de las 100 mejores universidades del mundo y la mejor de latinoamérica, un canal de televisión, una estación radiofónica, un estadio que fue anfitrión de los Juegos Olímpicos de 1968, un equipo de futbol que ha sido varias veces campeón de la liga nacional de primera división, cede de los mejores conciertos de cantantes y orquestas del mundo, cuna académica de los mejores abogados, médicos, arquitectos, filósofos y economístas que ha dado este país, propietaria de una red de bibliotecas con un impresionante acervo cultural, y sobre todo, su gente, sus estudiantes, su magnífica plantilla de catedráticos, que crean día a día toda una cultura, un manojo de usos y costumbres, una historia dentro de la historia de México. Es por eso, y por mucho más, que debemos de estar orgullosos por tener a nuestra Universidad, la cual con sus propios méritos ha levantado la mano y ha puesto el nombre de México bien en alto.
Para ser sinceros, me hubiera gustado pertenecer a la UNAM. Y parece ser que por azares del destino la Universidad no haya querido que yo perteneciera a ella. Primero, mi familia se mudó de la ciudad de San Luis Potosí para que mi hermano pudiera entrar ahí, presentando el examen de admisión y quedando entre los primeros lugares de aprovechamiento, pero impedido de ingresar ya que la muy penosa huelga estalló en ese ciclo escolar. Después yo cambié de carrera al inicio de mis estudios universitarios y sabiendo que la Facultad de Economía de la UNAM es una de las mejores del mundo, quise estudiar ahí pero lamentablemente no podía disponer de mis papeles y certificados académicos ya que tenía un adeudo con el UNITEC. Sin embargo, parte de mi familia ha podido disfrutar de los servicos que presta esta escuela.
En hora buena y espero que se sigan cultivando y cosechando mucho más éxitos en nuestras instituciones, sean académicas o no, ya que todo mexicano siempre estará sediento de triunfos y logros que nos permita sobresalir en el planeta Tierra. Hay mucha tela de donde cortar para lograrlo, solo nos falta voluntad, trabajo, lucha y garra, como si fueramos todos unos PUMAS.